¿SON REALMENTE EFICACES LOS SUPLEMENTOS DE VITAMINAS?

¿SON REALMENTE EFICACES LOS SUPLEMENTOS DE VITAMINAS?

Los seres humanos estamos un poco obsesionados con los suplementos, eso es un hecho. Melatonina para dormir, triptófano para subir el ánimo, arándano rojo para prevenir las infecciones de orina… Y, por supuesto, un buen complejo multivitamínico para tener una buena salud en general. Ahora bien, ¿es realmente necesario tomar suplementos de vitaminas para tener una buena salud? La respuesta corta es que no.

Es cierto que las vitaminas son imprescindibles para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. El déficit en algunas de ellas puede suponer problemas de salud muy variados, por lo que habría que reponerlas en forma de suplementos. Pero esos son casos extremos. Generalmente, con lo que obtenemos a través de la dieta nos bastamos y nos sobramos.

Por eso, si recurrimos a los suplementos de vitaminas estaremos gastando grandes cantidades de dinero en algo que no necesitamos. De hecho, según un estudio publicado recientemente en Estados Unidos*, en ese país se desperdician miles de millones de dólares con este fin. Aun así, puede haber situaciones en las que sí necesitemos esos suplementos. Bien porque estemos en una situación con necesidades específicas, como el embarazo, o bien porque tengamos alguna carencia concreta. Esto es algo que podemos saber con una analítica muy sencilla. Pero empecemos por el principio.

¿SON REALMENTE EFICACES LOS SUPLEMENTOS DE VITAMINAS?

¿Por qué no son necesarios los suplementos de vitaminas?

Existen dos tipos de vitaminas, las hidrosolubles y las liposolubles. Las primeras, como su propio nombre indica, se disuelven bien en agua, mientras que las segundas hacen lo propio en las grasas.

Esto significa que, si tomamos más de las necesarias para el correcto funcionamiento del organismo, seguirán una de esas dos vías. Las hidrosolubles son, por ejemplo, la vitamina C y las 8 vitaminas del grupo B. Si tomamos de más, pasan a los riñones mezcladas con la sangre y desde ahí continúan con el proceso habitual hasta eliminarse a través de la orina. Por lo tanto, si recurrimos a los famosos suplementos de vitamina C para prevenir los resfriados, probablemente no prevengamos nada, pero sí que estemos generando la orina más cara del mundo. Bueno, las hay más caras, pero lo cierto es que en este caso no sería nada barata.

En el otro lado nos encontramos con vitaminas liposolubles, como la D o la A. En este caso, cuando se encuentran en exceso no se eliminan como las hidrosolubles, sino que se almacenan en nuestros tejidos. Y eso sí que puede ser peligroso más allá del dinero gastado, ya que su efecto se va acumulando y pueden llegar a causar toxicidad. Esta hipervitaminosis cursa con síntomas diferentes, según de qué vitamina estemos hablando. En el caso de la vitamina A se generan cefaleas, irritabilidad, vómitos, visión borrosa y dolor de huesos. Además, en casos graves puede darse un fallo hepático. Sin embargo, una cantidad muy alta de vitamina D puede causar un exceso de calcio en la sangre, además de cansancio, vómitos, náuseas y micción muy frecuente. Eso en el mejor de los casos; ya que, si la situación se agrava, puede llegar a provocar incluso un fallo renal.

Cabe destacar que esto solo ocurre en cantidades enormemente elevadas, pero no es imposible. De hecho, en 2019 se documentó el caso de un hombre canadiense de 54 años, cuyos riñones quedaron dañados después de que un naturópata le pautara durante dos años una dosis de vitamina D veinte veces mayor que la recomendada. El paciente no tenía ninguna enfermedad ni déficit, por lo que esa vitamina se fue acumulando en sus tejidos, causando daños irremediables. Por todo esto, no deberíamos tomar suplementos de vitaminas liposolubles si no es por necesidad. Y para eso, en caso de sospecha, es necesario realizar una analítica.¿SON REALMENTE EFICACES LOS SUPLEMENTOS DE VITAMINAS?

¿Cómo podemos saber si necesitamos suplementarnos?

La mejor manera de tener un aporte adecuado de vitaminas es llevar a cabo una dieta equilibrada. Hay algunas excepciones, como la vitamina D, que también se puede obtener mediante la radiación solar. O como la B12, que sí que debe suplementarse en las personas veganas, por su déficit en los alimentos de origen vegetal. Pero en general obtendremos cantidades adecuadas en la dieta.

No obstante, si creemos que podemos tener déficit de alguna vitamina, se puede realizar una analítica de sangre sencilla. Las vitaminas pueden detectarse por diferentes métodos, pero generalmente se utilizan inmunoensayos. Estas son técnicas basadas en la capacidad de determinados anticuerpos para unirse a la sustancia que queremos medir. Una vez que se produce la unión, esta se puede detectar de diferentes formas.

En el ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA por sus siglas en inglés) hay dos tipos de anticuerpos: primario y secundario. El primero reconoce a un antígeno concreto. Del mismo modo que hay anticuerpos que reconocen proteínas de un virus, también hay anticuerpos que pueden reconocer una vitamina concreta. Después, el anticuerpo secundario reconoce a ese anticuerpo primario, por lo que el reconocimiento será doblemente específico. Y aquí viene la parte interesante, ya que el anticuerpo secundario está unido a un tipo de proteína, llamada enzima, que puede generar una reacción reconocible, por ejemplo, mediante un cambio de color. En definitiva, el doblete de anticuerpos actúa como un perro policía adiestrado para buscar droga en las maletas de un aeropuerto. Va recorriendo la muestra hasta encontrar las vitaminas y, en caso de hacerlo, se une a ellas y no ladra, pero sí genera un cambio de color.

Por otro lado, existen los inmunoensayos por quimioluminiscencia. En ellos también intervienen anticuerpos. Sin embargo, en vez de a una enzima que propicia un cambio de color, van unidos a una molécula capaz de emitir luz.

Pero en realidad todo esto es lo de menos cuando lo vemos desde el lado del paciente. Si nosotros queremos saber si necesitamos un aporte extra de vitaminas solo tenemos que poner el brazo y dejarnos sacar sangre. Una vez que tengamos los resultados del laboratorio, se nos informará si realmente necesitamos esos famosos complejos multivitamínicos. Hasta entonces, preocúpate de comer bien para evitar tener una de las orinas más caras del mundo.

*Multivitamins and Supplements—Benign Prevention or Potentially Harmful Distraction?

Autor: Azucena Martín Sevilla, Licenciada en Biotecnología