LA GLUCOSA: EL COMBUSTIBLE DEL MOTOR CELULAR

LA GLUCOSA: EL COMBUSTIBLE DEL MOTOR CELULAR

La glucosa es el nutriente que permite a las células obtener energía para su correcto funcionamiento. Por esto es vital para el metabolismo celular y esencial para el organismo.

Es un tipo de azúcar (también conocido como hidrato de carbono o glúcido) simple, es decir, monosacárido y es ingerida a través de la dieta en alimentos como el azúcar de mesa, la miel, las frutas, los cereales y otros alimentos.

Los alimentos que contienen glucosa la presentan en forma de hidratos de carbono de mayor o menor complejidad que se degradan para ser usados por las células. La digestión y absorción tiene lugar en el digestivo, pasando al torrente sanguíneo.

Para que la glucosa ingrese en las células desde la sangre, y sea utilizada, necesita la ayuda de una hormona específica sintetizada en el páncreas y denominada insulina. Esta actúa como vehículo transportando la glucosa a través de la membrana celular.

 

LA GLUCOSA: EL COMBUSTIBLE DEL MOTOR CELULAR

LA GLUCOSA EN SU JUSTA MEDIDA

Toda revisión médica que incluya un análisis de sangre suele estudiar los niveles de glucosa en sangre o glucemia. Estos deben moverse entre los 70-75 y los 100-110 mg/dL para considerarse normales y saludables.

LA GLUCOSA: EL COMBUSTIBLE DEL MOTOR CELULAR

Así, si los niveles de glucosa son elevados estamos ante una hiperglucemia (> 100 – 120 mg/dL) y, por el contrario, si son bajos, se tratará de una hipoglucemia (<70 – 75 mg/dL). Ambas condiciones son susceptibles de causar daños a la salud.

 

¿QUÉ ES LA DIABETES?

La diabetes es una enfermedad crónica en la que está afectada la regulación de los niveles de glucosa en sangre, haciendo que estos sean elevados.

Una analítica de rutina puede poner de manifiesto niveles anormales de glucosa en sangre. Si estos son mantenidos en el tiempo conllevan riesgos importantes.

Alteraciones en el nivel de glucosa:

1. Hiperglucemia: niveles de glucosa superiores a los normales. Además, si estos son mantenidos en el tiempo, sugiere la existencia de una diabetes no controlada.

La hiperglucemia puede provocar daños en los vasos sanguíneos, el corazón, sistema nervioso, ojos, riñones, corazón, vasos sanguíneos, retinopatía diabética, nefropatía diabética, enfermedad cardiovascular, neuropatía diabética y enfermedad arterial periférica.

2. Hipoglucemia: niveles de glucosa en sangre muy inferiores al rango normal. Esto también resulta peligroso dado que no serían suficientemente abastecidas las necesidades energéticas de las células que conforman el organismo.

Los síntomas que presenta son: sudoración, temblores, confusión, debilidad, e incluso pérdida de consciencia o convulsiones en los casos más graves, pudiendo llegar al estado comatoso e incluso resultar fatales.

Esto puede ocurrir en casos de pacientes diabéticos que se hayan excedido con la insulina u otros medicamentos hipoglucemiantes; pero también en pacientes no diabéticos con carencias en su dieta, sometidos a ayuno o a deportes muy intensos.

 

Para prevenir estas situaciones se debe mantener un equilibrio entre la ingesta de hidratos de carbono y su gasto. Se recomienda que estos sean complejos, limitando el consumo de azúcares refinados, para prevenir picos y caídas bruscas de los niveles de glucosa en sangre. Asimismo, es recomendable la práctica de ejercicio moderado de manera regular.

Una hiperglucemia mantenida en el tiempo, no controlable con hábitos saludables es compatible con una diabetes o prediabetes.

¿TIPOS DE DIABETES?

Dependiendo de la causa subyacente que provoque la enfermedad diabética se pueden producir diferentes tipos de patologías diabéticas.

·Diabetes tipo 1: en ella se presenta una deficiencia de insulina por la destrucción de las células del páncreas encargadas de producirla debido a un proceso autoinmune. Este tipo de diabetes se manifiesta ya desde la infancia.

·Diabetes tipo 2: Este tipo de diabetes es consecuencia de la interacción de factores ambientales, como la ingesta excesiva de hidratos de carbono, y una determinada predisposición genética a desarrollarla. La presencia de glucosa en sangre activa la síntesis de insulina por las células beta del páncreas para que esta permita el acceso de la glucosa a las células. A mayores niveles de glucosa, mayor es la síntesis de insulina (retroalimentación positiva). Cuando esto ocurre durante un largo periodo de tiempo, las células productoras de insulina se agotan, degeneran y no producen insulina suficiente que transporte la glucosa al interior de las células para su utilización, desencadenándose la diabetes tipo 2.

·Prediabetes: en este punto el paciente ya manifiesta niveles alterados de glucosa en sangre y, aunque aún no es diabético, tiene un riego elevado de serlo. La prediabetes suele evolucionar hacia una diabetes tipo 2.

·Diabetes gestacional: tipo de diabetes que se desarrolla durante el embarazo y no necesariamente se asocia a una diabetes de la madre previa o posterior a este. Tiene lugar cuando el organismo no es capaz de satisfacer las necesidades de insulina aumentadas durante el periodo gestacional y conlleva el aumento de los niveles de glucosa en sangre.

¿CÓMO PUEDO SABER SI TENGO DIABETES?

La diabetes en sus inicios no causa síntomas evidentes, por lo que su detección suele ser a través de analíticas de rutina en las que se determina la glucemia, es decir, el nivel de glucosa en sangre.

En estados más avanzados de la enfermedad, esta se manifiesta con pérdida de peso, aumento de sed y de orina.

En casos de enfermedad diagnosticada o sospecha fundada de esta, hay pruebas complementarias para su diagnóstico y/o seguimiento:

·Hemoglobina glicada o glicosidada (HbA1c): esta prueba que permite estudiar los niveles de glucosa a largo plazo. En ella se refleja cómo se ha unido la glucosa a la hemoglobina durante un periodo entre 2 y 3 meses antes de la prueba, por lo que es equiparable a la glucosa en sangre durante este tiempo.

·Sobrecarga oral de glucosa (SOG): prueba que permite establecer la tolerancia a la glucosa. Consiste en suministrar al paciente una bebida con una concentración específica y conocida de glucosa, determinando después la glucemia en intervalos concretos después de la ingesta (1, 2 y 3 horas después). Con esta prueba se puede hacer tanto el diagnóstico de la diabetes como su seguimiento.

·Test O´Sullivan: esta prueba tiene el mismo fundamento que la SOG, pero está enfocada específicamente para el diagnóstico de diabetes gestacional en mujeres embarazadas.

TRATAMIENTOS DE LA DIABETES

LA GLUCOSA: EL COMBUSTIBLE DEL MOTOR CELULAR

Dependiendo de la gravedad de la enfermedad y de la historia clínica del paciente, el tratamiento incluirá la revisión periódica de los niveles de glucosa, cambios en el estilo de vida que incluyan dieta baja en hidratos de carbono y práctica de deporte de manera regular.

Si con esto no es suficiente se pasaría al tratamiento con fármacos orales y, en casos más graves o difíciles de controlar, el tratamiento de elección son las inyecciones de insulina.

Como se ha expuesto, la glucosa es una molécula esencial para la vida, pero como tantas cosas, si no está en sus niveles adecuados, es sumamente peligrosa.

 

Ángela M. Martín Sevilla, Licenciada en Biología.

 

REFERENCIAS: