LA GONORREA NOS HIZO ABUELOS, SEGÚN ESTE ESTUDIO CIENTÍFICO

LA GONORREA NOS HIZO ABUELOS, SEGÚN ESTE ESTUDIO CIENTÍFICO

La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual con una gran incidencia. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, solo en 2020 se diagnosticaron 82 millones de casos nuevos en todo el mundo. Se trata fácilmente con antibiótico, pues es causada por una bacteria, la Neisseria gonorrhoeae. Sin embargo, esta está desarrollando cada vez más resistencias. Además, es una enfermedad que, si no se trata a tiempo, puede incluso llegar a causar infertilidad, por lo que es importante cortar su transmisión para reducir el número de casos a tratar.

Esto, lógicamente, se hace utilizando preservativo durante las relaciones sexuales. Sin embargo, si este se rompe, no se emplea adecuadamente o directamente no se usa, pueden darse infecciones que es necesario diagnosticar a tiempo.  Esto puede hacerse mediante PCR tras la toma de muestras por hisopado de la zona afectada.

Todo esto es muy actual. Gracias al avance de las técnicas de biología molecular, la gonorrea puede diagnosticarse rápidamente. No obstante, no es una enfermedad nueva, ni muchísimo menos. De hecho, según un estudio publicado el año pasado, puede ser la enfermedad que nos convirtió en abuelos. En cierto modo.

La mutación que nos hizo abuelos

LA GONORREA NOS HIZO ABUELOS, SEGÚN ESTE ESTUDIO CIENTÍFICO

Los humanos son los únicos primates que envejecen tanto como para convertirse en abuelos durante tanto tiempo. Se cree que evolutivamente esto se debe a que estos individuos de mayor edad tienen un papel esencial en el cuidado de la descendencia. Dicho de un modo menos científico: ¿Qué sería de los padres primerizos sin los abuelos? Y de los no tan primerizos.

Por eso, durante años se ha estudiado qué cambios en nuestro ADN pudieron ser los que se seleccionaron para que evolucionásemos como una especie en la que muchos individuos llegan a convertirse en abuelos. Para ello se suele comparar el genoma de los humanos (Homo sapiens) con el de otros primates, como los chimpancés. Y también con nuestros parientes homínidos más cercanos: los neandertales y los denisovanos.

Eso precisamente es lo que estaba haciendo un equipo de científicos de la Universidad de Princeton cuando dieron con un hilo que, al tirar, les llevaba hasta la gonorrea.

El hilo empezaba con una mutación en el gen CD33. Este codifica un receptor que se une a un tipo de azúcar, llamado ácido siálico, presente en todas las células humanas. Cuando se produce esa unión, indica al sistema inmunitario que son células propias y que, por lo tanto, no debe atacarlas. Es una fea costumbre de nuestro sistema inmunitario. A veces pueden darse errores por los que ataca a componentes propios, dando lugar a enfermedades autoinmunes como el lupus o la esclerosis múltiple. Gracias a CD33 esto se evita en gran medida. Pero también tiene una parte mala. Y es que el hecho de que actúe sobre absolutamente todas las células puede ser contraproducente. Por ejemplo, interfiere con el funcionamiento de las células de la microglía. Estas son unas células del cerebro con varias funciones inmunitarias, entre las que se encuentra el ataque a las células cerebrales dañadas y las placas de beta amiloide, cuya acumulación se relaciona con el desarrollo de alzhéimer.

¿Cuáles el problema aquí? Pues, básicamente, que el ácido siálico también se encuentra en esas placas y células cerebrales dañadas. Por lo tanto, si CD33 se une a ellas, evita que las células gliales las destruyan. Esto lleva a que se acumulen y se genere demencia. Si los humanos llegamos a abuelos es porque, aunque en muchos casos se acaba desarrollando, en cierto modo tenemos estrategias para prevenir la demencia. Y una de ellas parece ser una mutación concreta en el gen que tiene las instrucciones para la síntesis de CD33. Si se da esa mutación, el receptor funciona con normalidad en todas las células, menos en esas que se asocian a la demencia. Es decir, sigue evitando respuestas autoinmunes, pero sin evitar que se destruyan las células cerebrales dañadas.

¿Qué tiene que ver la gonorrea con todo esto?

LA GONORREA NOS HIZO ABUELOS, SEGÚN ESTE ESTUDIO CIENTÍFICO

Algo que llamó la atención de estos científicos es que esa mutación solo estaba en Homo sapiens. Ni chimpancés, ni neandertales ni denisovanos. Por algún motivo, se seleccionó en nuestra especie, ¿pero cómo lo hizo? ¿Cómo apareció en nuestro genoma?

Se sabe que muchas mutaciones que han perdurado en el tiempo por conllevar ventajas evolutivas surgieron como respuesta a infecciones. Por eso, estos científicos pensaron rápidamente en la gonorrea. La bacteria que la causa utiliza una triquiñuela bastante curiosa para evadir al sistema inmunitario. Esta consiste en recubrirse de ácido siálico, de manera que, una vez dentro del organismo, se una a CD33 y evite al ataque inmunitario. En palabras de los propios autores del estudio, es como un lobo disfrazado con piel de cordero.

Sin embargo, se vio que esa mutación concreta de CD33 no solo es beneficiosa para prevenir la demencia. También quita el disfraz a la bacteria causante de la gonorrea. Por lo tanto, cuando nuestra especie comenzó a estar en contacto más frecuentemente con la gonorrea, se fueron seleccionando estos mecanismos de defensa que, de rebote, también nos protegían de la demencia causada por la edad. Y, sin esperarlo, nos convirtió en abuelos.

La mayor longevidad de la especie permitió que los individuos de más edad pudieran cuidar de los más jóvenes, mientras sus padres cazaban o recolectaban. Y ahí estaban los primeros abuelos, siempre dispuestos para todo.

¿Pero por qué la gonorrea?

Ya hemos visto que la gonorrea puede causar infertilidad. En cualquier especie es muy importante conservar su capacidad reproductiva. Por eso, es lógico que se conservara una variante de un gen que evitaba que una bacteria, causante de infertilidad, prosperara. Lo de la demencia no fue más que un afortunadísimo daño colateral.

En definitiva, nuestra especie se hizo más longeva, para seguir pudiendo reproducirse. Pero que haya personas más resistentes a la gonorrea no quiere decir que todas lo sean. Por eso es tan importante tomar precauciones y, en caso de duda, hacerse las pruebas pertinentes.

 

Azucena Martín Sevilla, Licenciada en Biotecnología

 

Bibliografía:

Organización Mundial de la Salud. Gonorrea multirresistente (who.int)

Sudeshna Saha, Naazneen Khan, Troy Comi, Andrea Verhagen, Aniruddha Sasmal, Sandra Diaz, Hai Yu, Xi Chen, Joshua M Akey, Martin Frank, Pascal Gagneux, Ajit Varki, Evolution of Human-Specific Alleles Protecting Cognitive Function of Grandmothers, Molecular Biology and Evolution, Volume 39, Issue 8, August 2022, msac151.