GENÉTICA DEL TDAH: AVANCES EN LA INVESTIGACIÓN DEL TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una de las condiciones del neurodesarrollo más estudiadas y, al mismo tiempo, más debatidas en las últimas décadas. Caracterizado por dificultades para mantener la atención, hiperactividad e impulsividad, afecta a aproximadamente 1 de cada 20 niños en edad escolar y persiste en la edad adulta en un porcentaje significativo de casos.
Durante mucho tiempo, el origen del TDAH fue objeto de controversia. Algunos lo atribuían a problemas educativos, familiares o sociales. Sin embargo, la investigación científica ha demostrado de forma contundente que el TDAH es un trastorno neurobiológico con una fuerte base genética. Esto no significa que el entorno no juegue un papel, pero sí que la vulnerabilidad principal se encuentra en nuestro ADN.
La genética del TDAH es un campo en rápido crecimiento. Cada año se publican nuevos estudios que amplían el mapa de genes y mecanismos biológicos implicados. Comprender estas bases genéticas no solo ayuda a explicar por qué aparece el trastorno, sino que abre la puerta a diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados.
TDAH: un trastorno complejo y multifactorial
El TDAH no se debe a una única causa. Se considera un trastorno multifactorial, en el que intervienen tanto factores genéticos como ambientales.
-Los genes aportan la predisposición biológica.
-Los factores ambientales (exposición prenatal a alcohol o tabaco, prematuridad, complicaciones perinatales, estrés psicosocial, etc.) modulan el riesgo y la forma en que se expresan los síntomas.
Esta interacción explica por qué el TDAH se manifiesta de manera tan diversa entre pacientes: algunos presentan un cuadro predominantemente inatento, otros son más impulsivos e hiperactivos, y muchos muestran una combinación de síntomas con distinto grado de severidad.
Evidencias de la influencia genética en el TDAH
Estudios familiares
Desde hace décadas se observó que el TDAH tiende a repetirse en familias. Si un padre tiene TDAH, la probabilidad de que su hijo también lo presente es 2 a 8 veces mayor que en la población general.
Estudios en gemelos
Los estudios con gemelos han sido clave. En gemelos idénticos (que comparten el 100% del ADN), la concordancia del TDAH supera el 70%, mientras que en gemelos no idénticos (que comparten la mitad del ADN, como hermanos normales) la cifra ronda el 30-40%. Esto confirma que la genética tiene un papel crucial.
Estudios de adopción
Investigaciones con niños adoptados han mostrado que el riesgo de TDAH está más relacionado con la presencia del trastorno en los padres biológicos que en los adoptivos, reforzando el componente hereditario.
Genes asociados al TDAH

El TDAH es un trastorno poligénico y heterogéneo: no existe un único “gen del TDAH”, sino cientos de variantes que, en conjunto, aumentan el riesgo.
Genes dopaminérgicos
La dopamina es un neurotransmisor clave en la regulación de la atención, la motivación y el control de impulsos.
-DRD4: una variante en la región repetida de este gen (7R) se ha asociado de manera consistente con TDAH y con conductas impulsivas.
-DAT1 (SLC6A3): regula la recaptación de dopamina en la sinapsis. Algunas variantes se asocian a menor disponibilidad dopaminérgica en la corteza prefrontal.
-DRD5: también vinculado a alteraciones en la regulación dopaminérgica.
Genes noradrenérgicos y serotoninérgicos
-ADRA2A: afecta la transmisión noradrenérgica en la corteza prefrontal.
-HTR1B: implicado en la regulación de la serotonina y relacionado con impulsividad.
Genes de neurodesarrollo
Otros genes influyen en procesos más generales como la formación de sinapsis y la plasticidad neuronal:
-SNAP25, relacionado con la liberación de neurotransmisores.
-BDNF, factor neurotrófico implicado en la supervivencia neuronal y la plasticidad cerebral.
-FOXP2, conocido por su papel en el lenguaje y la comunicación, también se ha relacionado con el TDAH.
Mecanismos biológicos implicados
Las variantes genéticas influyen en la función de distintos circuitos cerebrales:
-Corteza prefrontal: región clave en la atención, el control de impulsos y la planificación.
-Ganglios basales: relacionados con la motivación y la recompensa.
-Cerebelo: implicado en la coordinación de procesos cognitivos y conductuales.
La alteración dopaminérgica en estas áreas es uno de los mecanismos mejor documentados. De hecho, los medicamentos más utilizados en el TDAH, como el metilfenidato o las anfetaminas, actúan aumentando la disponibilidad de dopamina y noradrenalina en la sinapsis, lo que mejora la atención y reduce la impulsividad.
Avances recientes en la investigación genética del TDAH
Estudios de asociación genómica (GWAS)
Los grandes estudios de asociación a nivel genómico han identificado decenas de variantes comunes relacionadas con el TDAH. Aunque cada variante individual explica solo una fracción del riesgo, en conjunto confirman el carácter poligénico del trastorno.
Puntuaciones de riesgo poligénico (PRS)
Se están desarrollando puntuaciones que combinan el efecto de cientos de variantes para estimar la predisposición genética individual. Aún no se utilizan en la clínica, pero en el futuro podrían ayudar a predecir riesgo en familias con antecedentes.
Superposición con otros trastornos psiquiátricos
El TDAH comparte parte de su base genética con condiciones como el trastorno del espectro autista (TEA), la depresión mayor, el trastorno bipolar y la esquizofrenia. Esta solapación genética explica la frecuente comorbilidad y la complejidad diagnóstica.
Epigenética y ambiente
La investigación actual también se centra en cómo factores ambientales influyen en la expresión de genes relacionados con el TDAH. Por ejemplo, la exposición prenatal al tabaco puede modificar la metilación del ADN en genes dopaminérgicos, aumentando el riesgo en niños con predisposición genética.
Implicaciones clínicas y futuro del diagnóstico genético

Hoy en día, no existe un test genético único para diagnosticar TDAH, ya que la condición es poligénica y multifactorial. Sin embargo, los avances genéticos tienen aplicaciones importantes:
-Reducir el estigma: al demostrar su base biológica, se desmonta la idea de que el TDAH se debe a “mala educación”.
-Identificar subtipos biológicos: que en el futuro permitirán tratamientos más personalizados.
-Desarrollar nuevas terapias: dirigidas a mecanismos moleculares concretos.
-Prevención: en familias con antecedentes, la investigación genética puede ayudar a detectar riesgo temprano y aplicar intervenciones educativas y conductuales desde la infancia.
Conclusión
El TDAH es un trastorno complejo en el que la genética desempeña un papel central. No existe un único gen responsable, sino una red de cientos de variantes que, en conjunto, predisponen al trastorno. Estas interacciones genéticas afectan a la neurotransmisión dopaminérgica y noradrenérgica, así como a procesos de neurodesarrollo.
La investigación en genética del TDAH está avanzando rápidamente, con estudios de gran escala que identifican nuevas variantes y con el desarrollo de puntuaciones poligénicas y enfoques epigenéticos. Aunque todavía no se dispone de pruebas genéticas diagnósticas, el conocimiento acumulado permite comprender mejor el trastorno, reducir el estigma y abrir la puerta a un futuro en el que el tratamiento del TDAH sea cada vez más personalizado y eficaz.
En Lorgen, seguimos de cerca los avances en neurogenética y apostamos por la divulgación de la ciencia como herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas con TDAH y sus familias.
Laboratorio Lorgen Genética y Proteómica.
Preguntas frecuentes sobre genética y TDAH
¿El TDAH es hereditario?
Sí. La heredabilidad se estima en torno al 70-80%, lo que significa que la genética explica la mayor parte del riesgo, aunque no lo determina por completo.
¿Existe un gen único del TDAH?
No. El TDAH es un trastorno poligénico. Se han identificado muchos genes con pequeños efectos que, en conjunto, aumentan el riesgo.
¿Puedo hacerme una prueba genética para diagnosticar TDAH?
No existe una prueba genética diagnóstica actualmente. El diagnóstico sigue siendo clínico, basado en entrevistas y escalas de observación.
¿La genética puede influir en el tratamiento?
Sí. Se están investigando perfiles genéticos que podrían predecir qué pacientes responderán mejor a estimulantes o a otras terapias, lo que en el futuro permitirá un tratamiento más personalizado.
¿El TDAH se relaciona con otros trastornos?
Sí. Existe solapamiento genético con TEA, depresión, trastorno bipolar y ansiedad, lo que explica la frecuente comorbilidad.
¿El ambiente también importa?
Mucho. Factores como la exposición prenatal a tabaco o alcohol, prematuridad o estrés psicosocial pueden aumentar el riesgo, especialmente en personas genéticamente predispuestas.
¿El TDAH desaparece con la edad?
En algunos casos los síntomas disminuyen, pero en muchos persisten en la vida adulta, aunque se manifiestan de forma diferente (problemas de organización, planificación, control de impulsos).


