EL INDISPENSABLE PAPEL DE LA SECUENCIACIÓN GENÉTICA PERSONALIZADA EN LAS ENFERMEDADES RARAS

EL INDISPENSABLE PAPEL DE LA SECUENCIACIÓN GENÉTICA PERSONALIZADA EN LAS ENFERMEDADES RARAS

Las enfermedades raras son patologías que afectan a una cantidad muy reducida de la población. La cifra varía en las diferentes partes del mundo. En Europa, por ejemplo, se considera enfermedad rara aquella que afecta a un máximo de 5 personas por cada 10.000 habitantes. Generalmente son crónicas, degenerativas y en un 80% de los casos de origen genético. Por eso, la secuenciación del genoma es esencial para su diagnóstico.

Lamentablemente, muchas pasan desapercibidas incluso a la secuenciación si esta no se lleva a cabo de una forma personalizada. Lo ha demostrado recientemente un equipo de científicos de varios centros de investigación británicos, en un estudio publicado en Nature.

En él, se analiza caso por caso el genoma de 102 pacientes sospechosos de padecer enfermedades raras, que hasta el momento no habían obtenido un diagnóstico. Las técnicas mucho más específicas que emplean en el estudio han permitido poner nombre al padecimiento de buena parte de esas personas. Muchos de ellos llevaban décadas intentando recibir un diagnóstico, por lo que han recibido la noticia con optimismo. Saber que padecen una enfermedad rara no va a cambiar sus síntomas, pero sí puede ayudarles a anticiparse a ellos, a someterse a tratamientos de reproducción asistida si fuese necesario e incluso a participar en ensayos clínicos específicos. En definitiva, la información es poder, especialmente cuando se trata de enfermedades raras.

EL INDISPENSABLE PAPEL DE LA SECUENCIACIÓN GENÉTICA PERSONALIZADA EN LAS ENFERMEDADES RARASEl poder de la bioinformática en el diagnóstico de enfermedades raras

Los avances en bioinformática han permitido mejorar las técnicas de análisis del genoma en busca de anomalías genéticas concretas. Por eso, estos científicos cambiaron las técnicas habituales de análisis semiautomatizado por nuevas herramientas bioinformáticas, capaces de detectar individualmente alteraciones genéticas que puedan relacionarse con la sintomatología de cada paciente. En definitiva, en vez de hacer un barrido general sobre el ADN de todos los pacientes, los analizaron caso por caso con especial atención a cambios en este material genético que puedan relacionarse con sus síntomas.

Probaron este nuevo enfoque con 102 personas sospechosas de padecer alguna enfermedad mitocondrial primaria. Cabe recordar que la mayoría del ADN de las células se encuentra en el núcleo de las mismas. No obstante, también se puede encontrar ADN en las mitocondrias, que son los compartimentos celulares en los que se obtiene energía. Algunas enfermedades raras genéticas están asociadas justamente a ese ADN, por lo que es importante prestar atención al secuenciar el genoma. Hay unas 150 mutaciones diferentes en este material genético mitocondrial, que pueden causar problemas en órganos y sistemas muy variados, desde el corazón al hígado, pasando por el cerebro, los riñones o el sistema respiratorio, entre otros.

Por su sintomatología, todas estas personas eran sospechosas de tener alguna de estas enfermedades. Sin embargo, las pruebas convencionales no habían logrado detectar en su genoma esa mutación que confirmaría el diagnóstico. Por eso, algunos llevaban de 20 a 30 años buscando un diagnóstico, que en muchos ha sido finalmente posible. De hecho, según señalan en el estudio, este enfoque personalizado aumentó la tasa de diagnóstico del 16,7% al 31,4%. Además, detectó posibles variantes causantes de la enfermedad en otro 3,9% de los pacientes.

¿De qué sirve todo esto?

Estas enfermedades raras no tienen cura, pero sí que pueden tratarse los síntomas. Por eso, podríamos pensar que no sirve de nada un diagnóstico. Al fin y al cabo, los síntomas se tratan igual. No obstante, afirmar esto sería una gran equivocación por múltiples motivos.

Para empezar, muchas de estas enfermedades pueden transmitirse a la descendencia. Por eso, saberlo ayuda a los enfermos a tomar decisiones como someterse a un diagnóstico genético preimplantacional. Esta es una técnica previa a la reproducción asistida, consistente en el análisis genético de una célula biopsiada de los embriones candidatos a implantarse. Así, se puede seleccionar solo aquellos que no porten la enfermedad. Pero claro, para eso hay que conocer cuál es la mutación causante de la enfermedad que se quiere prevenir.

Por otro lado, cada vez hay más ensayos clínicos de fármacos o terapia génica dirigidos a tratar enfermedades raras. Lógicamente, los pacientes que participan en ellos deben saber que tienen esa enfermedad concreta. Y para eso es necesario un buen diagnóstico.

Como también lo es para anticiparse a los síntomas que puedan estar por venir. Es cierto que los síntomas actuales pueden tratarse sin saber exactamente cuál es la enfermedad. Sin embargo, si hay un diagnóstico, se puede tener una idea de cuál será aproximadamente la evolución de los síntomas. Esto permite llevar a cabo más revisiones con los especialistas adecuados y mejorar la calidad de vida de los enfermos.

EL INDISPENSABLE PAPEL DE LA SECUENCIACIÓN GENÉTICA PERSONALIZADA EN LAS ENFERMEDADES RARASUn ejemplo muy claro

Los autores de esta investigación han mostrado en un comunicado el caso de una de las personas que participaron en el estudio.

Se trata de una mujer que llevaba 20 años de hospital en hospital intentando dar con el diagnóstico de su enfermedad. No solo le preocupaba su salud, sino también la de su hijo de doce años. Y es que, aunque sospechaban que podría tener una enfermedad rara genética, no se sabía cuál. No estaba a tiempo del diagnóstico genético preimplantacional, como es lógico, y temía que el chico hubiese heredado su mismo trastorno. Afortunadamente, gracias a este nuevo enfoque pudo saber que su patología concreta se debía a una enfermedad rara de herencia recesiva. Esto implicaría que, para que el chico la hubiese heredado, su padre debía ser también portador de la enfermedad. Algo muy poco probable. De cualquier modo, el hijo también puede someterse a un examen genético por más seguridad.

Por otro lado, el diagnóstico ha permitido a esta mujer tratar mejor sus síntomas. Se la ha examinado en busca de complicaciones conocidas de su trastorno, como la osteopenia, consistente en una densidad anormal de los huesos.

En definitiva, la mujer ha asegurado que ha sido un gran alivio superar “el miedo a lo desconocido”. Y es que ese es otro de los obstáculos contra los  que deben luchar estos pacientes. La incertidumbre de no saber con exactitud qué les ocurre y, como consecuencia, no tener ni idea de qué podrá ocurrir en un futuro. Esta información es esencial para ellos. Por suerte, gracias a la secuenciación genética y la bioinformática cada vez más pacientes de enfermedades raras podrán tenerla.

 

Azucena Martín Sevilla, Licenciada en Biotecnología