¿POR QUÉ EL ALZHÉIMER ES MÁS COMÚN EN MUJERES QUE EN HOMBRES?

¿POR QUÉ EL ALZHÉIMER ES MÁS COMÚN EN MUJERES QUE EN HOMBRES?

Según la fundación Alzheimer España, la prevalencia de las demencias en nuestro país es de un 11,1% para las mujeres y un 7,5% para los hombres. Esto incluye cualquier tipo de demencia, aunque la mayoría de ellas son compatibles con el alzhéimer. Por lo tanto, puede verse que esta es una enfermedad más habitual en mujeres.

Además, esto no ocurre solo en España. En Australia, casi dos tercios de las muertes relacionadas con demencia se corresponden con mujeres. Lo mismo en Estados Unidos. Y así prácticamente en todo el mundo. Especialmente en los países con una mayor esperanza de vida, ya que no debemos olvidar que estas son enfermedades que surgen en personas mayores. Empiezan a aumentar su incidencia por encima de los 60 años y esta se dispara a partir de los 80. ¿Pero por qué más en las mujeres que en los hombres? ¿Qué tiene el cerebro femenino para que la enfermedad de Alzheimer y el resto de demencias se ceben más con él?

¿POR QUÉ EL ALZHÉIMER ES MÁS COMÚN EN MUJERES QUE EN HOMBRES?

Estas son dos preguntas que se han hecho los científicos durante mucho tiempo. Para empezar, debe tener relación precisamente con la esperanza de vida. Al fin y al cabo, esta suele ser mayor en las mujeres que en los hombres. No obstante, la brecha entre unos y otros no es tan pronunciada actualmente. Ambos suelen llegar a edades muy avanzadas, de modo que debe haber algo más. Se sospecha que también pueda haber relación con los factores de riesgo para el alzhéimer. Por ejemplo, parece haber una relación entre la probabilidad de desarrollar demencia y el haber padecido depresión. Las mujeres son más propensas a estos problemas de salud mental, por lo que pueden serlo también a demencias como el alzhéimer. Aquí también pueden incluir factores sociales como los cuidados. Las mujeres han sido históricamente las mayores cuidadoras y el estrés mental que eso supone también puede conducir al alzhéimer.

Pero está claro que debe haber algún tipo de componente genético. Al fin y al cabo, a pesar de todo lo que no se sabe sobre esta enfermedad, sí que está claro que hay variantes genéticas que conducen a una mayor probabilidad de padecerla. ¿Y si alguna de ellas fuese más común en mujeres? Esta es la pregunta que se hizo un equipo de científicos de las Universidades de Boston y Chicago, cuyos resultados se publicaron recientemente en la revista Alzheimer’s Disease & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association. En ellos se puede ver que, efectivamente, hay una razón genética para que haya más mujeres que hombres con alzhéimer.

La genética de las diferencias de género en la enfermedad de Alzheimer

A día de hoy, el factor de riesgo genético más potente que se conoce para el alzhéimer es el alelo APOE ε4. Aproximadamente el 60% de las personas de ascendencia europea con alzhéimer tienen esta variante genética. Sin embargo, no parece que sea más común en mujeres, por lo que no podría explicar las diferencias de género.

Es por eso que los autores de este estudio reciente decidieron estudiar otras variantes genéticas posiblemente involucradas, prestando especial atención a dos poblaciones. Una era una familia hutterita. Esta es una población de ascendencia centroeuropea, que a partir del siglo XIX se comenzó a extender también por América del norte. Al igual que los amish, sostienen su ideología sobre la reforma radical de los siglos XVI. Esto les ha llevado a aislarse mucho del resto de la sociedad y a convertirles en sujetos perfectos para el estudio de variantes genéticas. Básicamente porque es difícil que se mezclan con alguien que no sea de los suyos. En la familia hutterita que se investigó para este estudio solo las mujeres tenían alzhéimer.

¿POR QUÉ EL ALZHÉIMER ES MÁS COMÚN EN MUJERES QUE EN HOMBRES?

Por otro lado, ya que se ha encontrado cierta relación entre el cáncer de mama y el desarrollo de alzhéimer, se tomó información de un banco de datos de más de 10.000 mujeres con esta enfermedad. En ambos grupos se encontró un factor común: la presencia en la mayoría de una variante concreta del gen MGMT. De hecho, en el segundo grupo las mujeres no tenían la variante APOE ε4, pero sí esa variante.

Hasta aquí podríamos pensar que hay un gran sesgo, puesto que solo se investigaron grupos de mujeres. No obstante, cuando se analizaron muestras de tejido cerebral extraído de hombres fallecidos con alzhéimer, no se encontró esa variante de MGMT.

Ojo, eso no quiere decir que los hombres no tengan el gen. De hecho, este tiene un papel esencial en la reparación del ADN y es muy necesario. Lo que ellos no tienen es una variante del mismo. Es decir, el mismo gen pero con un cambio muy concreto en su secuencia.

¿Y qué tiene que ver este gen con la enfermedad?

Las mujeres no solo tenían una variante que no tenían los hombres con alzhéimer. También tenía una expresión distinta basada en la epigenética. ¿Pero qué quiere decir esto?

Básicamente, podemos ver el ADN como el libro de instrucciones de un individuo. Cada persona tiene una secuencia muy concreta que rige todo sobre ella, desde el color de sus ojos hasta su capacidad para sintetizar insulina en el páncreas. Todas las células de un individuo tienen exactamente el mismo ADN, pero no todo se usa por igual. Por ejemplo, si tomamos una célula del ojo, tendrá el gen con las instrucciones para la síntesis de insulina, pero no necesita usarlo. Serán las células del páncreas las que lo usen. Esto es lo que se conoce como expresar un gen.

Pero también el ambiente hace que expresemos unos genes u otros. Algunos deben estar siempre en uso, pero otros son necesarios solo bajo circunstancias concretas. Imaginemos que se trata del libro de instrucciones de una lavadora. No necesitaremos leer la instrucción que nos dice como arreglar el centrifugado si siempre centrifuga bien. Con nuestras células pasa lo mismo.

Es de eso de lo que se encargan las modificaciones epigenéticas. Son una especie de etiquetas que se colocan sobre un gen para indicar que debe leerse. Generalmente, suele ser para bien, pero también hay veces que se producen modificaciones que llevan a enfermedades. Y no está del todo claro, pero parece que eso es lo que ocurre con el gen MGMT. Se ha visto que el encendido por vía epigenética de esta variante empuja en mujeres al desarrollo de proteínas tau y beta amiloide. Ambas están íntimamente ligadas al alzhéimer, por lo que esta diferencia entre hombres y mujeres no parece para nada una casualidad.

Por desgracia, nada de esto supone una cura para el alzhéimer, pero sí nos ayuda a conocerlo un poco más. Suele decirse que para vencer al enemigo hay que conocerlo. Y eso, en lo que a enfermedades se refiere, es absolutamente vital.

 

Autor: Azucena Martín Sevilla, Licenciada en Biotecnología