DIAGNÓSTICO GENÉTICO Y NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EL CÁNCER DE MAMA

DIAGNÓSTICO GENÉTICO Y NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EL CÁNCER DE MAMA

DIAGNÓSTICO GENÉTICO Y NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EL CÁNCER DE MAMA

El cáncer de mama es el más común entre mujeres. Actualmente, en España supone el 30% de todos los cánceres diagnosticados en pacientes femeninas y se calcula que tiene una incidencia de 125,8 casos por cada 100.000 habitantes. De hecho, solo en 2020 se diagnosticaron en nuestro país 32.953 casos. Sobran los motivos para intentar tratar de prevenir la enfermedad. Pero también de diagnosticarla cuanto antes, ya que el diagnóstico temprano mejora muchísimo las tasas de supervivencia.

Para prevenir se pueden mantener hábitos favorables, como practicar ejercicio regularmente o llevar a cabo una dieta saludable. También son importantes las revisiones ginecológicas y, a partir de la edad recomendada para las circunstancias de cada paciente, las mamografías. Ahora bien, en caso de que haya antecedentes familiares, además de llevar a cabo las revisiones de una forma más continua, puede ser interesante comprobar la presencia de alguna de las mutaciones genéticas que aumentan la probabilidad de desarrollar el cáncer de mama.

Eso no nos librará de padecerlo llegado el momento, pero la información es poder, también en casos como este. Anticiparse a la enfermedad es muy importante, pues se pueden reforzar las estrategias de diagnóstico y prevención. Incluso, en casos con una probabilidad muy alta, se puede considerar la mastectomía preventiva, como hizo Angelina Jolie hace años. Lógicamente, esa es una decisión muy personal en la que no vale la pena entrar en un texto divulgativo. Pero sí podemos ver cuáles son los genes cuyas mutaciones suponen un mayor riesgo de desarrollo de cáncer de mama.

DIAGNÓSTICO GENÉTICO Y NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EL CÁNCER DE MAMA

BRCA1 y BRCA2

BRCA1 y BRCA2 son dos genes que están muy ligados al posible desarrollo tanto de cáncer de mama como de ovario. Es importante remarcar que no es el gen en sí el que hace más probable la enfermedad. De hecho, son precisamente genes supresores de tumores, ya que se encargan de reparar el ADN cuando las células se dividen y cometen fallos en la replicación de su material genético. Es precisamente cuando estos genes no funcionan bien cuando vienen los problemas.

En ese caso, las células cometen cada vez más fallos, hasta que llega un momento que todos esos errores provocan una división descontrolada; que, además, impulsa más fallos todavía. Es así como se origina el cáncer.

Se ha comprobado, además, que ciertas mutaciones en estos genes aumentan la probabilidad de desarrollo de cáncer mama y ovario en mujeres jóvenes. Por eso, dado que hasta ciertas edades no se empiezan a hacer revisiones y mamografías con regularidad, saberlo puede ayudar a conocer el momento idóneo para comenzar.

Otros genes asociados al cáncer de mama

Hay una gran cantidad de genes asociados de un modo u otro al desarrollo de cáncer de mama.

Por ejemplo, BRCA1 y 2 no son los únicos genes reparadores de errores cuya mutación puede provocar estos tumores. También es el caso de otros como MSH2. En su caso, las mutaciones están asociadas a una enfermedad, llamada síndrome de Lynch, que aumenta la probabilidad de sufrir cáncer de mama, pero también otros, como el de endometrio o el de estómago.

Por otro lado, nos encontramos con los protoonocogenes, cuyos productos promueven el crecimiento y la proliferación celular. Es, por ejemplo, el caso de HER2. En cantidades normales, promueve el crecimiento y desarrollo normal de células epiteliales, entre las que se encuentran las que recubren las glándulas mamarias. El problema es que puede ocurrir que el gen se amplifique, de modo que se obtienen muchas copias de sí mismo y, por lo tanto, la proliferación celular llega a ser excesiva.

¿Para  qué sirve localizar estas mutaciones?

Saber qué mutaciones tiene una persona es muy útil, tanto como prevención como una vez que ya ha aparecido el cáncer de mama. Por eso, es interesante realizar estudios genéticos centrados en la probabilidad de desarrollar esta enfermedad.

Es beneficioso por todo lo mencionado hasta ahora, pero también porque los tratamientos pueden ser muy variables, dependiendo de cuál sea el gen que está afectado. Por ejemplo, este mismo año un equipo de científicos españoles descubrió que las pacientes con cáncer de mama Her2 positivo respondían mejor que el resto a una combinación de dos fármacos, llamada Trastuzumab deruxtecan. Se trata de un fármaco dirigido y uno de quimioterapia y se ha visto que con él la supervivencia libre de progresión de la enfermedad pasa del 34,1% al 75,8%.

En el caso de otro protooncogen, el MTDH, se descubrió recientemente un prometedor tratamiento frente a los cánceres que lo contienen. Este gen tiene las instrucciones para que las células construyan una proteína que impulsa el crecimiento descontrolado de las células. Sin embargo, para que pueda llevar a cabo su función, debe unirse a otra proteína, como una llave en una cerradura. Lo que hicieron los autores de este estudio fue sintetizar una llave que encajara aún más en la cerradura, de modo que, cuando MTDH vaya a unirse, ya no pueda, porque esté ocupada.

De momento solo se ha probado en roedores y en tejido humano cultivado en el laboratorio, pero los resultados han sido tan buenos que se espera poder comenzar los ensayos clínicos pronto.

La importancia de un buen diagnóstico del cáncer de mama

A falta de encontrar métodos mejores, la mamografía es la prueba más utilizada para el diagnóstico de cáncer de mama. Sin embargo, algunos tumores pueden pasar desapercibidos a los seres humanos que se encargan de analizar los resultados.

DIAGNÓSTICO GENÉTICO Y NUEVAS TECNOLOGÍAS EN EL CÁNCER DE MAMA

Por eso, se está empezando a introducir el uso de inteligencia artificial. De hecho, es algo cada vez más común en medicina: algoritmos que se entrenan para reconocer los rasgos de una prueba de imagen que indican la presencia de lesiones o enfermedades. En el caso de las mamografías se han llevado a cabo multitud de estudios al respecto.

Por ejemplo, este mismo año la compañía alemana Vara diseñó un algoritmo que mejoró la capacidad de diagnóstico de los radiólogos en un 2,6%. Previamente, en 2018 otro equipo de científicos diseñó un algoritmo de inteligencia artificial capaz de clasificar el tejido mamario según su densidad. Cuanto mayor es la densidad, mayor es el riesgo de desarrollo de cáncer de mama, por lo que es un parámetro muy importante de las mamografías. No obstante, a veces es difícil distinguir el nivel de densidad en la imagen, de ahí que sean tan útiles este tipo de programas.

Básicamente, tanto uno como otro funcionan de un modo parecido. Primero se entrenan, durante lo que se conoce como capacitación. Esto consiste en introducir una gran cantidad de imágenes e informar al sistema del resultado. Así, este encuentra los factores comunes o no comunes en cada diagnóstico y logra aprender a distinguirlos por sí mismo. Se trata, por lo tanto, de un sistema de aprendizaje automático. Por supuesto, la palabra final siempre la tiene un radiólogo. Los robots tienen mucho en lo que ayudarnos; pero, al menos en medicina, aún no han llegado para sustituirnos. Dado que el cáncer de mama es un tema muy serio, cualquier ayuda es bienvenida. También la de los ordenadores.

 

Autor: Azucena Martín Sevilla, Licenciada en Biotecnología